En la película “Buscando a Nemo” hay una escena al tiempo cómica y enternecedora: los pececitos amigos de Nemo, prisioneros de una pequeña pecera consiguen, mediante un elaborado e ingenioso plan, llegar al inmenso mar donde esperaban nadar libremente, sin más límite que el que les impusieran sus fuerzas. Los coloridos pececitos aprovecharon para fugarse el momento en el que su carcelero los colocó en pequeñas bolsas de plástico, con el fin de asear aquella pecera, que para los peces era su cárcel.
Se fugaron los pececitos haciendo rodar las bolsas, con peripecias mil, hasta llegar al mar. Pero, una vez ahí, se dieron inmediata cuenta de que no habían pensado en un detalle: ¿Cómo desatar el nudo de las bolsitas? ¡Oh, fuga cruel! Estando en la mar océano, su universo se redujo al pequeño volumen de las bolsitas que los contenían.
Algo parecido está por suceder en Sonora. Un número creciente de personajes de izquierda se agolpan a las puertas de Guillermo Padrés. Ya no es aquel güerito solitario que recogía los desechos en las cabalgatas blanquiazules, ahora son varios, muchos, los que, cual desesperadas crías, pelean fieramente por prenderse a la suculenta teta del erario. ¡Calma, muchachos!... Hay para todos.
Urden planes, luego los desurden. Tocan una puerta, y no esperan la respuesta. Apresuradamente corren a tocar la otra, y luego la otra. Van a las oficinas de Padrés (aquel que, no sin razón, un día llamaron corrupto), los atiende un segundón, al día siguiente un tercerón. Se juntan a ver si en bola les hacen caso.
Lo lograrán, ya verán que sí. Como lo logró Clemente Ävila, en la administración de Beltrones; como lo lograron los “diablos” en el sexenio que está terminando. Sus bustos se exhibirán como trofeos de caza, en la oficina de la Secretaría de Gobierno. O les untarán la mano con algún dinero, siempre mísero, a cambio de servicios especiales. Reventar movilizaciones, por ejemplo.
Sólo una cuestión quedará por resolverse, cuando por fin lleguen al mar azul de la administración panista: ¿Quién desatará el nudo de la pequeña bolsa de sus escasas capacidades?
Martín Vélez
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